viernes, 23 de abril de 2010

Parafraseo.

LUCIANO

Siempre que barro
me encuentro con una bolita de cristal
con una "lunita"
que se le quedó una vez a mi sobrino
cuando durmió aquí
Nunca la recojo
ni la guardo
ni se la devuelvo
ni mucho menos la boto
La dejo que dé vueltas por ahí no más
que conviva conmigo
que tenga su vida ahí en el suelo
como una lucecita que dice "Luciano".

Claudio Bertoni.

Parafraseo Luciano. LUCIANA

Siempre que miro el suelo

veo la bolita de cristal

con una "lunita"

esa que dejaste en mi casa

cuando dormiste aquí

¿para que la recogiera,

guardara,

devolviera,

o botara?

La dejo en el suelo donde la dejaste,

que conviva conmigo

que tenga su vida ahí en el suelo

pero que me deja un recuerdo amargo de ti.

Guardemos para siempre algún tesoro en esta caja.

Quiero guardarte para siempre,
pero sé que arrancaras cada vez que puedas.
Eres traviesa, pero no chistosa;
me das esa calma terrible,
a veces en silencio, dañino
Te guardaré para siempre y escaparás,
pero esta bien
de todos modos aburrida sería la vida sin ti.

Gonzalo Rojas.

Una caja cerrada, una caja llena de sentimientos.
Esa caja gigante reveladora de sus emociones
y haciendo caer al primer cartonero que se apodera de cada pared,
de cada cartón, contenedor de vida.
Se busca un hombre o una caja
Su teléfono o direcciones
No es el mar
Tiene la voracidad del mar.

Terremoto

¡Terremoto! Salí corriendo hacia la escalera, me apoye en las paredes como si tratara de que no cayeran (estúpidamente). Mire a mí alrededor, a mi familia aterrorizada; como si el fin del mundo hubiese llegado. Las cosas se movían estrepitosamente, mis oídos sentían ruidos de platos, libros y un sin fin de otras cosas más que caían. Todo ésto aumento mi miedo. Las alarmas de los autos y de las casas no paraban de sonar y la completa falta de luz hacía imposible que retornara la calma.
En todo momento creí que la casa no soportaría y caería…
A los pocos segundos, el movimiento cesó, produciéndose el primer respiro de tranquilidad, pero a la vez una enorme ansiedad por descubrir que diablos había pasado realmente. Salí a la calle, estaba colmado de gente y todos mis vecinos se consolaban mutuamente. Algunos lloraban, otros rezaban y otros simplemente miraban.
No había comunicación ni luz, por lo tanto, no habían noticias claras de lo que estaba ocurriendo. La gente rumoreaba los posibles lugares de epicentro y los posibles grados del terremoto; pero nada certero. Luego de toda esta batahola no me quedo nada más que dormirme.
En la mañana, desperté, la luz ya había llegado, así que prendí el televisor y quedé impactada de inmediato, la destrucción fue extremadamente grande y el dolor se respiraba en el aire. Como si todo esto fuera poco, luego de la catástrofe, apareció la peor esencia del hombre, en su estado de desesperación; saqueos y robos a las mismas personas afectadas marcaban lo que era un día negro para el país, mostrando lo duro y terrible que serian los próximos días.
Les digo: “El miedo más grande que uno puede tener, es el no poder hacer nada para evitar una tragedia, el hecho mas oscuro que he vivido acaba de ocurrir, la reconstrucción material y emocional será muy lenta, cruda y triste, pero con una gota de esperanza podremos sobreponernos a esta tragedia”.

martes, 6 de abril de 2010